Alvaro y Camila

Alvaro y Camila

jueves, 13 de diciembre de 2007

Personal de trabajo en las fábricas y otros lugares.


El personal que existe en las fábricas son, muy a menudo, niños traídos como rebaño de los establecimientos de caridad, que probablemente no lleguen a tener mas de 20 años por las condiciones de vida que tienen, que nadie conoce ni quiere conocer.
Están encerrados en habitaciones reducidas sin la menor ventilación donde el ambiente se hace insoportable e irrespirable. Estas condiciones de trabajo hacen que los niños tengan enfermedades como cita el texto Historia de las clases trabajadoras. El proletariado de Fernando Garrido y, cuando terminen su aprendizaje, les dejen endebles e inútiles.
También hay testimonios de niños que se ven obligados a trabajar desde los pocos años en lugares poco agradables con el único objetivo de sobrevivir con sus propios medios. Muchos de estos niños siguen también clases en la escuela un día a la semana como nos dice el texto Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Condiciones de vida del proletariado.



La revolución industrial supuso un gran cambio para la vida de las personas, que vieron como el trabajo artesanal pasaba a estar en un segundo plano y era menos demandado que el trabajo industrial en las fábricas.
Los trabajadores, en su gran mayoría, añoraban el trabajo artesanal y como cita el texto: “Escrito de un obrero (26 de junio de 1856). Extraído de “Los hiladores de Barcelona”, en Historia de España, Ed. Labor, Vol. VIII.”, los trabajadores eran tratados como esclavos y eran servidores de las maquinas al contrario que en la industria artesanal donde el trabajador y el maestro podían llegar a ser amigos. La duración de la jornada laboral era de unas quince horas, con trece horas de trabajo efecivo. Los trabajos eran muy bajos y estaban muy ajustados para satisfacer las necesidades mínimas de los trabajadores: vivienda y comida.

La diferencia entre barrios burgueses y barrios del proletariado se hacia visible en el mantenimiento y en la calidad de viviendas y calles, el proletariado vivía en el centro de las ciudades, cerca de las fabricas, al contrario que las familias mas adineradas que vivían en el extrarradio huyendo de la contaminación provocada por las fabricas, colocándose en primera línea de vientos no contaminados.
En las casas del proletariado muy a menudo vivían en condiciones inhumanas, y no era de extrañar tener más aforo del permitido en cada casa. En estas casas no había ningún tipo de higiene ya que en ningún momento tenían tiempo para limpiar sus casas, como cita el texto, La situación de la clase obrera en Inglaterra, 1845 de F. Engels, a veces incluso dormían perros y hasta caballos en las mismas habitaciones que las personas lo que provocaba parásitos y un hedor y suciedad horrible.
Las casas del proletariado “son tan estrechas, que desde la ventana de una casa se puede entrar en la casa de enfrente, y las casas son altas como torres, de modo que la luz apenas puede penetrar en los patios y las calles. En estos lugares de la ciudad no existen cloacas, ni hay en las casas cañerías o retretes, y, por lo tanto, cada noche, todas las inmundicias, los residuos y excrementos, de por lo menos 50.000 personas, son arrojados a los albañales, de modo que, a pesar del barrido de las calles, se produce una capa de suciedad estancada y un olor nauseabundo” como cita el texto de F. Engels.
La ventilación entre casas es imposible debido a la falta de planificación para la nstrucción de dichas casas construidas con el muro posterior en común.